El ícono de los Utah Jazz, John Stockton, no solo era físicamente fuerte.
Históricamente, los Utah Jazz han sido bendecidos con un muy buen juego de armador. Pete Maravich, Donovan Mitchell, Deron Williams; pero ninguno de ellos, ni siquiera Pistol Pete, está a la altura del legado de John Stockton. El pasador de todos los tiempos del Jazz y la NBA en todas las categorías importantes y relevantes dejó un legado con sus pases, defensa y tiros, lo que lo convirtió en un miembro obvio del Salón de la Fama y uno de los mejores jugadores que jamás haya tocado una cancha de baloncesto.
Si bien a menudo hablamos muy bien de él como pasador y anotador, su defensa es quizás la parte de su juego que merece mayor reconocimiento. Era un talentoso defensor perimetral encargado de proteger a los mejores bases del baloncesto, y lo hizo muy bien.
Por este motivo siempre se ha apreciado su dureza física. Los muchachos con los que jugó le hablaron sobre su capacidad para superar los intentos de pantalla de los centros. Es elogiado por sus rasgos físicos y algunos se preguntan si es demasiado físico.
Sin embargo, rara vez escuchamos sobre su fortaleza mental, un atributo que los jugadores deben poseer independientemente de la época en la que jueguen. Hablando con Dan Patrick (a través de Basketball Network), Stockton habló de no preocuparse nunca por cosas como hablar basura. ;
Me dijeron que sí (charla basura) No lo sentí. Me han dicho que soy todo el centro de atención. Estoy seguro de que los niños lo hicieron. Recuerdo a un tipo que me gritaba en un juego porque no respondía a sus palabras basura. Ellos simplemente «¡Háblame!» ellos gritaron. De repente me di cuenta de que estaba hablando. Creo que me perdí mucho.
Su capacidad para regular a otros jugadores fue uno de los principales factores de su dominio en los años 80 y 90. No era una época fácil para jugar en esas décadas, cuando a las defensas se les permitía hacer más y era menos probable que los jugadores fueran amigos de alguien de sus días en la AAU.
Entonces, que Stockton tenga una personalidad tan dogmática, una fortaleza mental inquebrantable, dice mucho de su juego más que cualquier otra cosa.